Cuando he conocido la muerte de Francisco Umbral, el corazón se me ha encogido, por la desaparición de un amigo, de un amigo recién conocido pero que llegó muy hondo con su escritura; un gran escritor, un literato de los que dejan huella y letra.
Quizás el gusto por la buena literatura, de tener una de las mejores voces de nuestra narrativa, de una de las visiones más realistas de nuestro mundo, y más cualidades que poseía, no han podido tapar una imagen que tenía entre las personas aficionadas a la literatura y otras que nunca se asomaron a nuestro mundo.
De todos es conocida la imagen que ofrecía: borde, mal educado, etc... que nos había ofrecido esa televisión de la que renunciamos, atacando a la propia televisión desde dentro. Quizás no buscando un lugar para que se hablara de “su libro”, si no para que la cultura estuviera presente dentro de un medio estupendo si se supiera utilizar correctamente.
Este mismo año, en el taller de lectura que realizo, leímos al Sr.Umbral. Empecé con un juego, que las personas que formaban el taller comentaran la impresión que tenían de él. Como era normal todas comentaron lo que todos sabemos: su carácter, su imagen, su educación, y a raíz de ello, nadie había leído ningún libro de Umbral. Cuando realizamos el comentario de su libro "Las ninfas", la imagen que se tenía de él era totalmente opuesta a la expresada en un principio, incluso fue la mecha para que muchas personas decidieran seguir leyéndole. Por supuesto, para mí fue un orgullo poder descubrir a este gran autor al grupo, y más lavar esa imagen que para mí resulta tan injusta.
Pienso que es una pena que tantas personas renuncien a la lectura del Sr.Umbral por una imagen de veinte segundos, por una impresión que se quedó impregnada en la retina de todos esos españoles que estábamos viendo en ese momento la televisión.
Yo sólo puedo recomendar que empiecen leyendo “Las ninfas”, Premio Nadal del año 1.975, un libro finito, ágil, de lectura sencilla y que engancha en las primeras páginas. Después se podrá continuar con "Mortal y rosa" (novela dura pero profunda) y otras novelas, con otros artículos, con su voz impresa en las palabras. Entonces es cuando se podrá opinar de Umbral, de su forma de ser, de su oficio, de su vida, y con suerte esa imagen que se nos quedó grabada en la memoria será sustituida por el poder del escritor; del buen escritor.
Gracias, Sr.Umbral, por dejarnos sus palabras, sus escritos, sus opiniones, sus imágenes, sus experiencias; en resumen, su vida. Hasta pronto.
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