Aquí os dejamos un escrito que nuestro compañero Truhán Rondante envió a El País, a raiz de leer el artículo publicado en el EPS el pasado día 20 de abril, titulado: ¿Estamos todos locos?
— ¡Ya tengo bastante con mis problemas, como para pensar en los malos rollos de los demás! —. Gritamos en silencio, ocasionalmente, cuando alguien se desahoga contigo.
En cierto modo, cada uno con nuestros problemas avanzamos deprisa en un tiempo que hemos dejado de controlar. Es curioso que la invención del tiempo, capacidad de la humanidad para contar las horas del día se haya convertido en un problema para reflexionar en otro problema que quizá se convierta en un tercer problema: Las enfermedades mentales, la sensación de no poder seguir, de no poder afrontar una vida en la que las agujas del reloj dominan el tiempo que puedes dedicar a reflexionar sobre ciertos temas.
Quizá el mejor psicólogo que exista sea uno mismo y las personas que más te conocen. Tampoco hay que descartar la posibilidad de acudir a un profesional si el problema insiste. Conseguir que la mayoría de tus pensamientos sean agradables y positivos es una meta que muchas veces resulta costosa. Tanto emocional como económica. Quizá el bienestar mental se consiga en prestar más atención a las sensaciones y emociones de uno mismo y de los demás. Observar y aprehender de ti mismo y de los demás. Volver a conquistar el tiempo que una vez fue nuestro.
Truhán Rondante.©
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