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LA CANTANTE CALVA

Nuestra compañera Zeltia nos muestra el análisis que realizó de la obra: "La cantante calva", de nuestro autor del mes Eugène Ionesco.
Análasis de "La cantante calva":
La cantante calva fue la primera obra dramática escrita por Ionesco.
Puesta en escena por Nicolás Bataille, fue estrenada el 11 de mayo de 1950 en el Theatre des Noctambules, siendo publicada por primera vez el 4 de septiembre de 1952 por el Colegio de Patafísica.
Desde 1957 ha sido permanentemente representada en el Theatre de la Huchette. Con un número récord de interpretaciones, se ha convertido en una de las obras más representantes de Francia.
La obra recibió el Premio Molière D’Honneur en 1989.
La idea surgió cuando Ionesco estaba intentando aprender inglés con el método Assimil.
El autor a través de su obra se propone romper con toda ley literaria y metafísica, por lo cual sus personajes y sus respectivas personalidades carecen de lógica.
Sigue leyendo... b) Estructura.
La obra se divide en once escenas y carece de actos.
Las escenas se suceden sin sentido alguno.
El contenido no sigue ninguna estructura específica, los hechos ocurren sin seguir un planteamiento exacto de introducción, nudo y desenlace.
Técnica que no sorprende puesto que ya se ha dicho que el teatro del absurdo al igual que otras tendencias propone romper con las normas del teatro realista.
c) Espacio y tiempo.
El espacio en la obra es muy reducido, trasladando la acción al interior de una casa.
“Interior burgués inglés, con sillones ingleses. Velada inglesa […]”
El tiempo está marcado por “el reloj de chimenea inglés”.
El bombero: ¡Ah!, no sé si voy a poder. Estoy en misión de servicio, depende de la hora que sea.
Sra. Smith: En nuestra casa no tenemos hora.
El bombero: ¿Y el reloj?
Sra. Smith: Anda mal. Tiene el espíritu de contradicción. Indica siempre la contraria de la hora que es.
El sonido del reloj altera la situación de los personajes.
“Se advierte que hay cierta nerviosidad. Los sones del reloj son más nerviosos también.”
d) Acotaciones.
Las acotaciones son minuciosas, plásticas y peculiares.
“El señor Smith, inglés, en su sillón y con sus zapatillas inglesas, fuma su pipa inglesa y lee un diario inglés, junto a la chimenea inglesa. Tiene anteojos ingleses y un bigotito gris inglés. A su lado en otro sillón inglés, la señora Smith, inglesa, remienda unos calcetines ingleses. Un largo momento de silencio inglés.”
“Otro momento de silencio. El reloj suena siete veces. Silencio. El reloj suena tres veces. Silencio. El reloj no suena ninguna vez.”
e) Temas o problemas que se tratan en la obra.
La obra en su plenitud es una parodia a la cotidianeidad de la vida del hombre, en particular de dos parejas.
Uno de los temas es la incoherencia universal de la vida causando la monotonía y la rutina. Sus días son idénticos, uno después del otro. El tiempo parece no avanzar en ellos. De ahí que al final de la obra la trama se repita cambiando los personajes de los Smith por los Martin, diciendo estos las mismas cosas.
“Las palabras dejan de oírse bruscamente. Se encienden las luces. El señor y la señora Martin están sentados como los Smith al comienzo de la obra. Ésta vuelve a empezar esta vez con los Martin que dicen exactamente lo mismo que los Smith en la primera escena, mientras se cierra lentamente el telón”.
Lo que el absurdismo muestra es la vida cotidiana sin contenido, cómo el tiempo en que vivimos puede ser cíclico, cómo nos movemos en un “limbo” que avanza pero no se mueve, sino que se queda estático.
El bombero se sale en cierto modo de la estética de los matrimonios cuando pregunta en un momento determinado por la cantante calva: “y a propósito… ¿y la cantante calva?” Él espera que despierten y le respondan “¿de qué diablos hablas?” Pero eso simplemente no sucede.
f) Personajes.
En la obra hay protagonismo colectivo, no es posible diferenciar a un único protagonista.
Los personajes son el matrimonio Smith, formado por la Señora Smith y el Señor Smith; el matrimonio Martin, formado por la Señora Martin y el Señor Martin; el bombero y Mary, la criada de la pareja Smith.
Los dos matrimonios al caer en la monotonía se comportan de manera extraña, en un principio los señores Smith se machan a cambiarse de ropa pero cuando entrar otra vez en escena llevan la misma de antes; el matrimonio Martin al llegar a la casa de los señores Smith y se sientan el uno delante de la otra, no se reconocen, a pesar de que son pareja y mediante una charla y descubriendo que hacen las mismas cosas y tienen las mismas cosas llegan a la conclusión de que son marido y mujer.
Sr. Martin: […] Discúlpeme, señora, pero me parece, si no me engaño, que la he encontrado ya en alguna parte.
Sra. Martin: A mí también me parece señor, que lo he encontrado ya en alguna parte.
Sr. Martin: ¿No la habré visto, señora, en Manchester, por casualidad?
El bombero y Mary son personajes incluidos en la obra para hacer la sátira y el contraste acentuado.
El bombero en sí es un ser frustrado, a pesar de su profesión, no logra encontrar incendios, así que los anda buscando, esto se considera una metáfora de andar buscando el significado de su vida.
El bombero: pues bien, sea. ¿Hay fuego en su casa?
[…]
El bombero: (desolado) ¿No lo hay absolutamente? ¿No tendrán un fueguito de chimenea, algo que arda en el desván o en el sótano? ¿Un pequeño comienzo de incendio, por lo menos?
Situaciones que personas o seres medianamente racionales hacen a menudo, pero que gente como estos dos matrimonios dejaron de hacer hace mucho, cuando sus vidas cayeron en la rutina, perdieron el horizonte.
g) Lenguaje.
El lenguaje es grotesco, el propio de este tipo de teatro, distancia del espectador y rompe la unidad orgánica de la sala y de la escena.
Aparecen balbuceos:
Sr. Martin: ¡Hum, hum, hum!
Diálogos de un mismo personaje que se contradicen:
El bombero: Hablo de cosas que yo mismo he experimentado. La naturaleza, nada más que la naturaleza. No los libros.
Luego más tarde dispone a empezar sus historias y dice: “El perro y el buey, fábula experimental […]”
Las conversaciones también son absurdas, como con el episodio de la puerta:
Sra Smith: No me mandes a abrir la puerta. Has visto que era inútil. La experiencia nos enseña que cuando se oye llamar a la puerta es que nunca está nadie en ella.
Sr Smith: Incluso es falso. La mayoría de las veces, cuando se oye llamar a la puerta es que hay alguien en ella.
El lenguaje absurdo se aprecia a la perfección sobre todo al final, que termina con los dos matrimonios, vociferando frases y palabras sin sentido.
Sr. Martin: prefiero matar un conejo que cantar en el jardín.
Sr. Smith: cacatúas, cacatúas, cacatúas…
Sra. Smith: ¡qué cagada, qué cagada, qué cagada…!
Sra. Martin: ¡cacto, coxis! ¡Coco! ¡Cochino!
Y así sucesivamente hasta que se encienden las luces.
h) Conclusión.
En conclusión, la obra es un intento de satirizar la tragedia griega, de que el destino de todas esas monotonías siempre será el colapso y que se repetirá infinitamente.
Por eso aunque algunas escenas se presenten como cómicas detrás de ellas pervive un trasfondo bastante triste y trágico.



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